6 pasos para superar los retos internos de la gestión de la obsolescencia

El éxito es un deporte de equipo, pero también lo es el fracaso. A menudo, algunos de los mayores retos de la gestión de la obsolescencia empiezan con los equipos, procesos y sistemas internos utilizados. La Comunidad FOM examina las soluciones prácticas para superar algunos de los retos internos más comunes en la gestión de la obsolescencia.

Paso 1: Defina la obsolescencia para su empresa

Cada empresa debe empezar por definir qué significa la obsolescencia para sus operaciones y productos exclusivos. Esto podría significar componentes que ya no se fabrican, que tienen un apoyo limitado de los proveedores o que no tienen equivalentes modernos. Al definir claramente la obsolescencia, una empresa puede sentar las bases para un enfoque de gestión proactivo, evaluando los riesgos e impactos específicos de su modelo de negocio y líneas de productos.

Paso 2: Aplicar un plan de apoyo a largo plazo

El núcleo del éxito de la gestión de la obsolescencia reside en la creación y el cumplimiento de un plan de apoyo a largo plazo. Este plan debe abarcar el análisis del ciclo de vida, la previsión y las estrategias de mitigación, garantizando que no dependa de una sola persona, sino que esté integrado en los procedimientos operativos estándar de la empresa. Al institucionalizar el plan de apoyo, las empresas pueden garantizar la continuidad incluso cuando cambia el personal clave.

Paso 3: Hacia un sistema único de registro

Disponer de un repositorio único y centralizado para todos los datos relacionados con los componentes y sus ciclos de vida es esencial. Este Sistema de Registro (SoR) garantiza que toda la información relevante esté accesible y actualizada, agilizando el proceso de toma de decisiones a la hora de gestionar la obsolescencia. Un SoR también facilita una mejor trazabilidad, previsión y análisis histórico.

Paso 4: Disponer de un método de categorización normalizado

Utilizar un método de categorización estandarizado para los componentes puede ayudar significativamente en la gestión de la obsolescencia. Al clasificar los componentes según su función, criticidad y disponibilidad, las empresas pueden priorizar sus esfuerzos de supervisión y mitigación. Esto ayuda a identificar rápidamente los componentes que suponen un mayor riesgo y que, por tanto, requieren una atención inmediata.

Paso 5: Simplificar y aclarar la comunicación

La gestión de la obsolescencia implica a varios departamentos de una empresa, desde ingeniería y compras hasta producción y garantía de calidad. Una comunicación clara y sencilla entre todos estos ámbitos es vital. El desarrollo de documentación, procesos y protocolos estandarizados puede facilitarla, garantizando que todos hablen el mismo idioma y comprendan la urgencia y el impacto de los problemas de obsolescencia.

Paso 6: Creación de equipos interfuncionales

Por último, la creación de equipos interfuncionales dedicados a la gestión de la obsolescencia puede mejorar enormemente la capacidad de afrontar estos retos con eficacia. Estos equipos deben incluir miembros de ingeniería, compras, producción y cualquier otro departamento pertinente. Trabajando juntos, pueden proporcionar una visión holística de las implicaciones de la obsolescencia y desarrollar estrategias coordinadas para mitigar los riesgos.

Los retos internos de la gestión de la obsolescencia son polifacéticos, pero con una planificación deliberada y estratégica, puede sortearlos con éxito. Aunque implantar estos cambios internos no es tarea fácil, es una inversión que merece la pena. Dado que la obsolescencia sigue aumentando, es imperativo preparar a sus equipos para el éxito.

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